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¿Por qué la APDH denunció los hechos de 1974?
El 27 de Mayo de 2022, la Asamblea Permanente por los
Derechos Humanos llevó adelante la denuncia penal ante el Juzgado Federal de
Campana por los secuestros, detenciones y torturas producidas sobre los
ciudadanos Jorge Rouquette, Juan Domingo Contín, Jorge Orlandi y Vicente
Rodolfo Mangevil. El Juzgado, luego de incorporar los testimonios y la información
aportada, sustanció el Expediente 28.391/2022. La denuncia fue elaborada y presentada por Eduado Tavani y Guillermo Torremare, actuales presidente y vicepresidente de APDH Argentina ante el Juzgado local.
Dicho expediente –al igual que todas las causas referidas
a delitos de lesa humanidad acontecidos entre 1974 y 1976 en nuestras ciudades-
se cursan dentro de la Secretaría Penal N° 2 del mencionado organismo.
Desde la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos en
el marco del Proceso de Memoria,
Verdad y Justicia, entendemos sumamente necesario esclarecer estos hechos
acontecidos en nuestras ciudades del Norte Bonaerense a fin de otorgar
respuestas acerca del pasado reciente y el presente actual. Sostenemos que el cuadro perpetrado en torno a los Delitos de Lesa Humanidad en nuestro País y la región tiene una temporalidad mucho mas extensa que el 24 de Marzo de 1976
La represión sistemática establecida y amparada en un
concepto de contrainsurgencia a partir del año 1974, por parte del entonces gobierno
de Isabel Perón, secundada por José López Rega, implicó la persecución,
hostigamiento y aniquilamiento -inicialmente en forma ilegal, luego
institucionalmente- de opositores y referentes civiles fueran o no del
movimiento peronista, de la tendencia revolucionaria y de los sectores de la
izquierda y el marxismo de nuestro país (tanto los grupos armados como los
sectores sindicales y culturales).
La sanción del Estado de Sitio como instrumento de
represión sobre la población civil,
enmarcado bajo la Ley N° 20.840 y la reforma del Código Penal producida en
Enero de 1974 implicó la persecución arbitraria de miles de dirigentes y
referentes en todo el país y en la región Zárate y Campana, cuyas consecuencias
y continuidades se mantuvieron durante la última dictadura militar de 1976 como
bloque final de este programa de represión y exterminio con miles de
desaparecidos, asesinados y exiliados. Inicialmente en un gobierno democrático
y finalmente en una dictadura autoritaria, civil y militar que impuso un régimen
económico neoliberal, que destuyera las bases del trabajo industrial en todo el
país y de un movimiento obrero organizado que le daba sustento.
¿QUÉ SUCEDIÓ EN ZÁRATE Y LIMA, LA MADRUGADA DEL 12 DE
DICIEMBRE DE 1974?
Al
momento de lo acontecido, la barriada de Villa Carmencita, en Zárate era un
espacio ubicado entre las vías del FFCC Urquiza y Avenida Lavalle, en el que se
asentaron gran cantidad de trabajadores de las industrias locales que luego de
los años 50’s pudieron adquirir terrenos y otros espacios para poder
configurarse otro cuadro y porvenir familiar, muy diferente al que regía
décadas antes para los sectores mas humilde.
La
familia de Juan Domingo Contín no era ninguna excepción a este fenómeno propio
de aquellos años. Siendo la casa familiar un ámbito signado por el compromiso y la participación
en la cultura del movimiento obrero y sindical y del peronismo en particular.
Entrado
el año 1974, fallecido Perón y profundizado el conflicto en forma coactiva
entre diferentes tendencias de este movimiento (en particular desde las
tendencias ortodoxas que controlaban las agencias del estado hacia los sectores
heterodoxos que se encontraban en la base de la sociedad civil), nuestra
comunidad no fue excepción sino una parte importante del fenómeno producido:
La persecución, censura y
disciplinamiento a todo intento de poder democratizar el peronismo en el ámbito
sindical y en el ámbito político.
A
partir del 8 de Noviembre de 1974 este fenómeno se corporizó en el
establecimiento del mencionado Estado de Sitio. En vísperas de finalizar el
año, el 12 de Diciembre alrededor de las 03.30hs. de la madrugada (horario ajeno
a cualquier procedimiento bajo un estado de derecho) aproximadamente, grupos y
unidades de la gendarmería nacional se presentaron en el domicilio de la
familia Contín, en la calle Rawson al 1600 de Zárate.
Al
presentarse los encargados del procedimiento alegaron pertenecer al destacamento
de Gendarmería Nacional con asiento en la Central Nuclear de Atucha.
Según
recuerdos de la familia Contín, la vivienda en la cual vivíamos, carecía de
timbre por lo tanto para anunciarse, se debía golpear las manos o gritar a viva
voz. Todo el frente del inmueble, estaba compuesto por un tejido de mediana
altura y una puerta en el medio de fierro ornamentado sostenida por dos
pilares, que a su vez, también sujetaba los tejidos de ambos lados. En el
interior del terreno, había un arco natural, formado con pinos que delimitaba
una nueva entrada, y un parque con árboles frutales.
Por
estas condiciones la vivienda familar se encontraba 50 metros adentro del
terreno al fondo de la misma. En este sentido cuando irrumpieron estos
efectivos y agentes se apostaron en posición
de tiro en el frente de la morada y gritando el nombre completo de Juan Domingo
Contín, de forma clara, precisa y determinada.
Al
salir la familia con semejante despliegue pudieron advertir dos camionetas situadas en la calle con
soldados armados. Juan Domingo salió afuera y dirigiéndose a ellos les pidió
que se abstuvieran de gritar porque
todos estaban durmiendo en la casa. Luego Contín, logrando que accedieran al
pedido se dirigió hacia ellos, acompañado por su esposa y sus dos hijas.
En
ese momento, el jefe del grupo de gendarmes le manifestó a Contín que debía acompañarlo.
Sucesivamente la esposa de Contín exhortó a todos que bajaran las armas y que
no debían ser tratados como delincuentes. Ya que a ese momento también les
alegaron que, tampoco existían garantías que ellos fueran agentes de la
gendarmería, atento lo irregular del procedimiento. La única respuesta, en
principio fue el silencio.
Sin
embargo ante la insistencia finalmente, los gendarmes le pidieron a Contín que
se se tranquilizara, que la irrupción en su hogar era solo a los efectos de
averiguar antecedentes y que antes que finalizara la jornada retornaría a la
vivienda.
Juan
Domingo pidió que le permitieran cambiarse. Luego de dejarle que vuelva a la
casa con Alicia, su mujer, pidieron a sus hijas que permanecieran allí, en la
puerta, colocándose nuevamente en situación de tiro apuntándoles con las armas.
Minutos después Contín regresaría solo, abriendo la puerta y en resumen,
finalmente fue llevado en los vehículos de los gendarmes.
Una
vez estando en la casa, el resto de la familia, Alicia buscó la casa de uno de
los vecinos que tenían teléfono para poder comunicarse con otros compañeros.
Fue acompañada por Zulema su hija mayor. Quedándose Amanda su otra hija con su
abuela en la casa.
Llamaron al teléfono
de Jorge Orlandi, compañero de Domingo, quien escuchó todo lo narrado por Alicia y respondió literalmente: “te voy a dejar Alicia; nos están golpeando
la puerta creo que son los mismos que estuvieron en tu casa”. El círculo de
la espiral represiva de esta madrugada se iba cerrando.
Alicia
llamó inmediatamente a un compañero de profesión taxista, para que procediera a
recogerlas. Luego de haber realizado dos llamados: a las autoridades comunales
y a los referentes y compañeros de la Agrupación Peronista Lealtad en la Ciudad de Buenos Aires. Luego de haber
tomado el taxi se reunieron con referentes y legisladores locales, relatándoles
Alicia todos los hechos y lo que pretendía hacer, como también a quienes ya les
había transmitido tales pretensiones, los cuales plantearon entonces los pasos
que procederían.
Alicia
les exigió todo el apoyo necesario, manifestándoles que estábamos en un
gobierno peronista, democrático de gobierno, republicano y federal y que éramos
peronistas por lo tanto este atropello no podía ser permitido y que ellos eran
autoridades de nuestra ciudad y debían ser consecuentes en ese sentido.
Luego nos retiramos
y recorrimos los domicilios de los compañeros haciéndoles tomar conocimiento de
los hechos. Retornamos a nuestra vivienda y ya tomamos se nos informa de que se
encontraban en el escuadrón de gendarmería de Atucha y luego de diferentes
gestiones quedaron en libertad. Al narrarnos lo sucedido, fuimos puestos en
conocimiento, de los sucesos previos, que no solo fueron los únicos
secuestrados ese día, sino también Jorge Rouquet y Rodolfo Mangevil,
integrantes de la Juventud Peronista Regional 8, que son trasladados desde la
estación de la localidad de Lima; luego de haberlos detenidos por la
realización de pintadas políticas de signo contrario al entonces gobierno.
Juan
Domingo, Jorge Orlandi, y Jorge Rouquette y otros compañeros no lo habrían
pasado nada bien esa noche en el escuadrón de gendarmería de la Central Atucha.
Efectivamente
todos fueron dispuestos y llevados al cuartel. Una vez allí, el gendarme que se
encontraba a cargo, brindó el favor de poder comunicarse telefónicamente con su
familia. Luego de estar incomunicados por un período extenso. Una vez que pudo
hablar, Jorge avisó a su padre para que avisara un compañero de la organización
cercano. Fue luego de esto que el flaco Nicolás Giménez, quien era diputado
nacional por el PJ, se presentó a la puerta de la guardia de Atucha para exigir
por la libertad de Jorge y del resto de los compañeros.
Hasta
ese momento ya habían personas detenidas entre las que pudo reconocer a Jorge Rouquette y otros
mas. Los soldados los iban llamando de a uno –estaban muy nerviosos, si uno se
movía lo apuntaban con los fusiles- para tomarles declaración. Una vez que fue
llamado Jorge, manifestó la verdad, que eran peronistas, que militaban en la Juventud
Política, que no había razón para que los detuvieran. Luego de esto, los
oficiales no los mezclaron a la hora de dormir.
Fue
así que esa madrugada, Jorge Orlandi recordó en su testimonio que se
encontraban detenidos Juan Domingo Contín, Mario Dente, Jorge Rouquette y él
mismo. Supo después que también había estado detenido Rodolfo Mangevil, quien
había sido fuertemente golpeado.
Todos ellos
privados de su libertad, en forma clandestina ya que en ningún momento se le
exhibió orden formal alguna de su detención Luego lo forzaron a otros
compañeros bajo coacción a recorrer la ciudad y encontrar el domicilio de la
escribana Marta Fiori, también militante peronsita. Se concluyó luego, que en
base a esto Marta Fiori fue detenida por la misma época, días después o sobre
esa fecha.
La
persona que los interrogaba era un oficial superior. Muy tranquilo y serio en
su forma de proceder. Las otras personas no fueron liberadas por lo que se pudo
saber. Jorge recordó haber estado detenido un total de tres días, desde un
Jueves a la madrugada hasta un Domingo
Habiendo sido liberados Dente,
Orlandi y Contín; Mangevil y Rouquette quedaron alojados en la comisaria de
Lima hasta que posteriormente, pasados 19 días, quedaron bajo la órbita del Poder
Ejecutivo Nacional en carácter de detenidos políticos y en diciembre de 1975
salen de país con destino a México donde residen en la actualidad.
Luego
de estos hechos, la familia Contín en diversas ocasiones, era visitada por un
integrante de gendarmería que pasaba a actualizar datos o -en teoría-, así lo
manifestaba. Preguntando entre otras cosas, nombre, documento como también
actividades que las hijas de Domingo realizaban habitualmente.
Poco
antes de que finalizara el año calendario 1975, Alicia tuvo que gestionar un
certificado de Buena Conducta de Domingo y entregarlo en un lugar sito en la
calle Pinto entre Alem y Brown de esta localidad, establecimiento similar a un
ámbito de oficinas pero donde se encontraban militares.
Nunca supo bien la familia con
certeza, que era lo allí funcionaba.
Diciembre
de 1974, en Zárate y Campana, bajo el Estado de Sitio no era un lugar muy seguro
y propicio para la población. Una comunidad y un espacio sometido a una serie
de atentados, disuasiones represivas y violencia política no resuelta por parte
de las agencias del Estado que habían permeado el tejido social de la población
y los derechos consolidados desde Marzo de 1973. Habíendose producido en la
ciudad los atentados de bombas a la sede de la Biblioteca José Ingenieros y a
los domicilios de Ricardo Subiza –abogado penalista- y Carlos Miner –dirigente sindical
local papelero- , mas las detenciones de Marta Querejeta y Ricardo Premat en
similares condiciones a lo aquí narrado; el cuadro y la antesala de lo que
vendría dos años después, comenzaba su consolidación: el exterminio político de la población civil que podía revolucionar y reconstruir nuestro País.
Desde la APDH entendemos que
poner en palabras y en movilización la búsqueda de la verdad de lo sucedido
resulta de suma importancia en la construcción de una sociedad democrática,
digna, que integre mediante la aplicación de la Justicia y la Verdad todos los
hechos acontecidos.
Nos
proponemos llamar y convocar a los sectores civiles, sociales y políticos de nuestra
dirigencia nacional y regional. También a todos los partidos políticos para que
estos incurrimientos producidos durante el ejercicio del poder estatal nunca
mas habiliten ningún escenario como el de la antesala de la dictadura de 1976.
DESDE APDH ARGENTINA, SU SECRETARÍA DE LESA HUMANIDAD, Y LA REGIONAL APDH ZÁRATE SOSTENEMOS Y REITERAMOS NUESTRO APOYO Y
TOTAL ACOMPAÑAMIENTO A LA FAMILIA CONTÍN COMO AL RESTO DE LOS TESTIGOS QUE HAN
APORTADO SU TESTIMONIO POR EL ESCLARECIMIENTO DE ESTOS HECHOS.
CUANDO
SE PRODUJERON ESTOS HECHOS, EN NUESTRO PAÍS REGÍAN LAS GARANTÍAS ESTABLECIDAS
EN LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS. SU VULNERACIÓN Y EL DAÑO
PRODUCIDO MEDIANTE ESTOS ACTOS MANTIENEN VIGENCIA HASTA NUESTRO PRESENTE, EN
NUESTRA COMUNIDAD.
Según lo establecido por el relator en derechos humanos para Naciones
Unidas, en el marco de acontecimientos de esta índole en nuestro país y el
mundo. Fijándose el principio y concepto de NO REPETICIÓN. Las garantías de no
repetición tienen una función de carácter esencialmente preventivo, a la que se
supone que contribuyen la verdad, la justicia y la reparación: la justicia
penal principalmente a través de la disuasión; las comisiones de la verdad a
través de la divulgación, la clarificación y la formulación de recomendaciones
con propósito preventivo; y la reparación mediante el fortalecimiento de la
capacidad de las víctimas para exigir reparación por violaciones pasadas y
futuras y para hacer valer sus derechos con mayor firmeza.
Fuentes:
-Testimonios Familia Contín.
-Testimonios Familia Orlandi.
-Expediente N° 28.931/2022.
Informe del Relator Especial sobre la
promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no
repetición, Pablo de Greiff
https://documents.un.org/doc/undoc/gen/g15/202/07/pdf/g1520207.pdf?token=IQlSqvujIXPo5yWjyD&fe=true